Boroa piensa en grande

Publicado: 24 May, 2010 en Sin categoría

En algún momento, al comienzo, eran 60. Hoy, tras doce años de trabajo, queda una docena. “Los mejores”, dice Osvaldo Burgos, presidente de la Cooperativa Campesina Boroa de Nueva Imperial.

Lumahue, Boroa, Queupue y Chapuco, son algunas de las localidades donde los socios tienen  sus predios dedicados principalmente al lupino amargo y la exportación a través de empresas privadas del rubro.

Es tanto el desarrollo de su trabajo, que incluso una variedad de lupino -la que cultivan- lleva su nombre.  Boroa-Inia, nació hace algunos años del trabajo desarrollado junto a dicho organismo e Indap.  Luego participaron en un Grupo de Transferencia Tecnológica y hoy siguen su camino de la mano de la especialización y el trabajo serio y profesional.

En eso están estos agricultores de la zona. “Antes, cuando éramos 60, teníamos como 200 hectáreas sembradas. Hoy, somos muchos menos, pero tenemos 600 hectáreas y exportamos a diferentes países”, cuenta Burgos.

El dirigente reconoce que de manera natural el grupo fue decantando hacia lo que es hoy:  una cooperativa con mentalidad ganadora y con ganas exportar por las suyas. “Y cada día estamos más cerca, porque vemos que es posible. Buscando las alianzas indicadas y aprovechando las herramientas que tiene el Estado, que muchos desconocen”, dice.

La semana pasada, representantes de Boroa, junto al agricultor y empresario Hugo de Celis, partieron rumbo a Egipto. Allí participarán en una feria alimentaria donde buscarán mercado para llegar con el lupino de bajo calibre, que hasta ahora es uno de los problemas que enfrentan, pues en Europa se consume esta leguminosa de mayor tamaño (ver nota secundaria).

El otro problema es la falta de semilla certificada para que los socios y los agricultores puedan disponer en cada temporada. “Esa es una de nuestras preocupaciones que hemos hecho saber y que esperamos que tenga buena acogida en las autoridades. La semilla Boroa-Inia ya está probada en cuanto a su calidad, lo que se requiere ahora es más volumen”, sostiene.

Pedro Llantulén, uno de los socios, recalca que el trabajo que han desarrollado en Boroa es de aprendizaje constante. “El que hayamos logrado la asociatividad y el éxito de los que quedamos, es lo rescatable”, aclara.

En cuanto a lo productivo, plantea que el estar unidos les ha permitido crecer de una manera armónica. “Conocimos todo lo que tiene que ver con los químicos, desinfección de semillas y hasta dónde podemos llegar con el cultivo orgánico”, manifiesta.

Con todo, reconoce que han habido momentos difíciles y que no todos pudieron aguantar. Eso ha hecho quedarse a los más dispuestos a trabajar asociativamente. “Si vemos un socio que está mal, llegamos todos los que podemos para ayudar. Hay muchos otros que optan por enfrentar solos las adversidades”, expresa.

Llantulén además se siente orgulloso de poder ayudar a mejorar el rubro y el cultivo. Recuerda que cuando se inició el proceso de marcar la semilla Boroa-Inia, aprovechó unos campos que tenía en descanso para multiplicar el material. “Fui uno de los promotores de la multiplicación de la semilla mejorada”, advierte este hombre que cultiva entre 5 y 6 hectáreas de lupino amargo.

Alejandro Pichulmán, es otro de los socios fundadores de la cooperativa. Recuerda que los primeros años fueron complicados. “Pero hoy estamos consolidados. Hemos trabajado unidos e intercambiado experiencias para crecer todos juntos”, comenta.

En su campo siembra 11 hectáreas de lupino y expresa que unidos han logrado muchas cosas.

En efecto, en 2008  por ejemplo, adquirieron maquinaria agrícola vía el Programa de Desarrollo de Inversiones de Indap.  Un tractor y rastra de 18 discos -avaluados ambos en más de 22 millones de pesos- hoy son parte del capital de la cooperativa.

Según Pichulmán, una de las claves que hoy les permite ver con buenos ojos el futuro, es que han hecho las cosas de una manera ordenada y organizada. “Y siempre pensar en grande, creyendo en nuestra capacidad como agricultores. Pese a que somos pequeños, tenemos altas expectativas, nos hemos asesorado muy bien y avanzamos hacia otros objetivos”.

impulso

Claro, según explica Osvaldo Burgos, el objetivo próximo y en el que trabajan es ingresar directamente al proceso exportador del cual hoy participan de manera indirecta y sólo como proveedores.

Pero además, pretenden darle un impulso al consumo del lupino amargo a nivel humano, como parte del proceso de penetración en el mercado nacional.

Experiencia tienen. En la Expoinia 2009, mostraron algunos trabajos que desarrollan junto a la Universidad de La Frontera y la Universidad Autónoma para procesar y consumir lupino, a través de  un proyecto del Programa de Mejoramiento de la Competitividad. “Acá no tenemos cultura para consumir estos productos, pero en otros lugares sí. Y queremos caminar hacia allá”, señala.

Se trata de lupino en formato snack. Se trata de lavar esta leguminosa y prepararla para el consumo. “Hemos mostrado algunas pruebas y realizado degustaciones. Porque nuestra idea además, luego de desamargarlo, es mezclarlo con alimentos autóctonos como merkén o en vinagre de manzana”, sentencia.

comentarios
  1. victoria dice:

    Bonito lo k hacen todo trabajo merece esfuerzo y aunq es dificil pero detras de un buen trabajo y de grandes essfuerzos hay resultados..mucho exito en todo lo k emprendan y k se mantengan con su coperativa..exito..

  2. alexis dice:

    EXITO EN TODO LO K EMPRENDAN

  3. ANGI dice:

    QUE LES VAYA BIEN EN TODO Y K TODO ESFUERZO ES RRECOMPENSADO EXITO A TODOS Y CADA UNO DE UDS

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